lunes, 10 de junio de 2019

Atención de las Dificultades No Específicas para el aprendizaje de las matemáticas



Tal y como comentábamos en el post anterior, el enfoque actual de las Dificultades de Aprendizaje, reconoce la existencia de dos vertientes:

a) Dificultades no específicas, en las cuales no existe una etiología orgánica, sino que pudieran derivar de situaciones socioculturales y educativas como ausentismo escolar, estrategias de enseñanza inadecuadas, falta o escasez de recursos para la enseñanza, deprivación socio cultural, entre otras. Este enfoque está muy próximo al concepto de necesidades educativas especiales (NEE). 

b) Dificultades específicas, orgánicas, que involucran bloqueos u obstáculos en el estudiante, debido a factores relacionados con problemas psiconeurológicos que inciden en el desarrollo del aprendizaje, por estar vinculados con los procesos psicológicos básicos requeridos para el aprendizaje, como son: percepción, atención, memoria, conceptualización.

La tendencia actual desde la perspectiva inclusiva derivada del concepto de NEE, impele a que todos los estudiantes que presenten DA, sean estas específicas o no, deben recibir la atención y los apoyos necesarios para poder apropiarse de los aprendizaje escolares.

Para el caso de la DA no específicas en el área de matemáticas, el problema no radica en dificultades reales de razonamiento matemático, sino en "lagunas", que pudieran haber sido ocasionadas por otras problemáticas escolares como las mencionadas anteriormente y socioculturales como: influencias negativas del entorno hacia las matemáticas, que pudieras influir en la motivación del estudiante (Benko, 1983).

Es importante aclarar que en la literatura podrás encontrar con frecuencia el término "discalculia" para referirse a las dificultades  de aprendizaje de las matemáticas, sobre todo a las específicas, sin embargo, ese término en la actualidad está en discusión sobre todo dada su connotación negativa y estigmatizante (Santiuste y González, 2005).


La atención de estos estudiantes debe basarse en el primer principio de la atención psicopedagógica: "Diagnóstico de las dificultades", para lo cual deben aplicarse pruebas estandarizadas o informales, que permitan recabar información acerca de los aspectos específicos en que se presentan las dificultades. Un interesante trabajo sobre la evaluación de las dificultades de aprendizaje de las matemáticas lo encontramos en Coronado Antonio (2012), quien señala que en la tendencia actual se se utilizan diversidad de estrategias de evaluación, que incluyan aspectos tanto cualitativos como cuantitativos, entre los que propone la observación sistemática de la actuación del estudiante y la evaluación basada en criterios.

Las pruebas a aplicar durante la fase diagnóstica deberían evaluar las competencias del alumno desde los niveles más elementales: operaciones básicas  de suma, resta, multiplicación, división, de una cifra y con varias cifras; fracciones, uso de monedas y de medidas (de tiempo, espacio, volumen y peso). Siguiendo a Faas citado por Benko (1983), las pruebas deben abarcar las tres facetas principales del aprendizaje de las matemáticas: pre cálculo, operaciones aritméticas y resolución de problemas. 

PROBLEMAS QUE PUDIERAN EVIDENCIARSE EN ESTAS TRES FASES:

1) PRECÁLCULO:
  • Problemas para determinar si el tamaño o la forma entre objetos que se presentan al estudiante es igual o diferente.
  • Dificultades para determinar si la cantidad de objetos en un grupo es mayor, menor o igual a otro grupo.
  • Dificultades para utilizar adecuadamente el vocabulario cuantitativo (más, menos, igual, lejos, cerca, etc.).
  • Dificultad para comprender la correspondencia uno a uno.
  • Dificultades para contar con significado (Benko, 1983, p. 26). 
Como se evidencia, los problemas de precálculo pudieran derivarse de una escasa o inadecuada manipulación de objetos concretos durante la enseñanza en etapas tempranas, como son el preescolar o educación inicial y los primeros grados de educación básica; o por pocas oportunidades de experimentación (deprivación) en su entorno familiar y social.

En relación con los problemas derivados de la deprivación, comparto los planteamientos de Moya (2004) quien citando a Baroody, menciona que los niños pequeños antes de entrar a la escuela ya traen un conocimiento "matemático informal", el cual han adquirido a través de la experimentación con objetos concretos, de los juegos. Esa "matemática informal", proporcional al niño nociones para contar, aunque sea sin sentido, poner (adición), quitar (sustracción), organizar (clasificación), que servirán de puente entre un conocimiento intuitivo hacia uno formal.


Es lógico suponer, que si el niño pequeño en casa no es estimulado y no ha tenido la oportunidad de ejercitarse en estas nociones matemáticas informales, va a encontrar más dificultades que otros niños con mayor estimulación. Si sumamos a esto el hecho de que un niño poco estimulado en casa, no reciba, además, educación preescolar, o que la educación inicial carezca de diversas, variadas y estimulantes oportunidades de experimentación, la posibilidad de desarrollar dificultades de aprendizaje no especificas para las matemáticas aumenta.


De manera que los primeros seis años de vida del niño son fundamentales para el desarrollo de estas nociones lógicas (conservación de la sustancia, correspondencia, seriación, clasificación) e infralógicas (tiempo y espacio), subyacentes al aprendizaje de las matemáticas. El rol de la educación preescolar y familiar para el desarrollo de estas es inminente.


Según los planteamientos de Piaget, estas nociones se encuentran estrechamente relacionadas con el aprendizaje de las matemáticas. El dominio de las nociones lógicas está ligado al aprendizaje del concepto de número, conocimiento este fundamental para el aprendizaje de la aritmética. Mientras que las nociones infralógicas propician la apropiación del concepto de medida, clave para el aprendizaje de la geometría. (Cano y Ramos, 1996).


La teoría piagetiana reviste gran importancia pues permite al docente planificar su proceso de enseñanza de acuerdo con las capacidades reales que el niño posee. Recordemos que de 2 a 6 años el niño se encuentra en el período preoperacional, coincidiendo con la edad preescolar, por lo que es de gran relevancia proporcionarle muchas y diversas oportunidades de manipulación de materiales concretos que le permitan desarrollar estas nociones lógicas e infralógicas que venimos mencionando y que permitirán al niño generar una estructura mental sólida sobre la que construirá el concepto de número y medida.

Es precisamente a través de la experiencia, de la manipulación, de la actividad sobre los objetos, clasificándolos, ordenándolos, agrupándolos, que el niño irá construyendo el concepto de número que le permitirá contar con sentido.

Al principio el niño simplemente contará de memoria, de manera mecánica sin establecer correspondencia entre el número con la cantidad que está siendo enumerada, y sin entender el orden, es decir sin poseer el concepto de número. Recordemos que para Piaget, el concepto de número es una abstracción que se forma lentamente en el niño a través de diversas experiencias. En un segundo momento podrá enumerar, comprendiendo esa correspondencia. Luego podrá identificar conjuntos, comparar y agrupar. De allí la importancia de propiciar al estudiante muchas y variadas oportunidades de manipulación de objetos concretos.

Entre las actividades y ejercicios que se proponen para la intervención en problemas de precálculo tenemos:


  • Juegos de ejercitación corporal en los que el estudiante pueda experimentar en su propio cuerpo las nociones infralógicas, por ejemplo: enano - gigante (el niño debe agacharse o levantarse de acuerdo con la indicación del profesor; el semáforo (rojo no se mueve, verde da un paso adelante, amarillo da un paso atrás), canciones y juegos que inviten a moverse en diversas direcciones arriba, abajo, a la derecha, a la izquierda, adelante, atrás. 

  • Manipulación de objetos concretos: manipulación de envases plásticos donde pueda agrupar objetos por colores, formas, tamaño. Experimentar con líquido en envases de diferentes tamaños. Experimentar con plastilina, alargar, achatar... en todos estos ejercicios se debe estimular al niño a responder: dónde hay más, cuál es más grande o más pequeño y reforzar las respuestas correctas. Organizar fichas, paletas, pelotas, tacos de madera, figuras geométricas  o cualquier otro material según color, forma o tamaño. Reforzar el uso del lenguaje cuantitativo y reforzar las respuestas correctas.

  • Actividades de papel y lápiz: seleccionar en dibujos dados los que son iguales, el más grande, el más pequeño, señalar el objeto que se encuentra cerca o lejos, arriba o abajo. Animar al niño a verbalizar y reforzar las respuestas correctas. Mostrar hojas donde hay dibujos de diferentes objetos e indicar si hay más, menos, o igual cantidad. 

  • Material figurativo: con cartulina y revista se puede crear gran variedad de material figurativo que permita ejercitar en el niño estas nociones. Ejemplo: Recortar dos casas, varias flores, autos, animales, personas. El docente arregla la primera casa y pide al niño que coloqué igual cantidad de flores en el jardín. Puede el profesor arreglar las flores ambas casas y pedir al niño que observe si hay igual cantidad de flores, o si alguna tiene más, en caso de que alguna tenga más quitar las flores que sobran. Lo mismo con el resto de objetos. 

  • Estimulación del vocabulario matemático. Estimular al niño para que en la medida que experimenta y trabaja con este tipo de ejercicios, vaya verbalizando los cuantificadores (muchos, pocos, todos, ninguno, nada, más, menos, igual), reforzar las verbalizaciones correctas.
Estos son apenas unos ejemplos de las actividades que pueden desarrollarse para la intervención de educandos con DA en matemáticas en la fase de precálculo, puedes realizar todas las variaciones que desees. De modo que para  la atención de problemáticas evidenciadas a nivel de precálculo debemos desarrollar un amplio repertorio de actividades que sean además, estimulantes y atractivas y que le permitan, al menos al principio, experimentar el éxito, para disminuir la ansiedad y aumentar la motivación. Luego, gradualmente podemos ir aumentando el nivel de dificultad en la medida que avanzamos en el proceso de reenseñanza.

Es importante tener en cuenta que sea cual sea el tipo de dificultad que presente el estudiante siempre debemos iniciar la intervención mediante la ejercitación en el siguiente orden:

  1. Ejercitación a nivel corporal
  2. Ejercitación a partir de materiales concretos (primero figurativo y luego no figurativo)
  3. Ejercitación con elementos bidimensionales.
  4. Ejercitación en papel y lápiz (Benko, 1983).
Pudieramos concluir este apartado destacando la necesidad de actuar de manera preventiva para evitar la aparición de estas dificultades no específicas de aprendizaje en precálculo que generan lagunas de gran significación para los posteriores aprendizajes matemáticos.

 ¿Qué podemos hacer desde una perspectiva preventiva de las DA?

  • Cocientizar a los padres sobre la importancia de estimular el desarrollo de la matemática informal mediante juegos y experimentación con formas, colores, texturas que permitan al niño desarrollar las nociones lógicas e infralógicas.
  • Concientizar a los docentes de educación inicial sobre la importancia de generar muchas, diversas y variadas actividades y estrategias dirigidas al desarrollo de estas nociones. A no pasar tan pronto a la escritura del número, permitir primero la experimentación.
  • Concientizar a los docentes de los dos primeros grados de educación básica respecto a la importancia de seguir estimulando la consolidación de estas nociones, proporcionando muchos ejercicios prácticos con materiales concretos y figurativos que permitan al niño el tránsito del perídodo preoperacional al de las operaciones concretas. 
  • No presionar a los niños que presentan lagunas, sino facilitar adecuaciones curriculares donde el estudiante pueda manipular y desarrollar esas nociones que por cualquier motivo no pudo desarrollar en su momento.
  • Aprovechar las premisas sobre  la zona de desarrollo próximo y del aprendizaje social de Vigostky, promoviendo la colaboración de los estudiantes más aventajados.
  • Nunca dejar de jugar, de experimentar, de despertar la motivación y el interés por las matemáticas.
Finalmente, existen muchos sitios en internet en los que es posible encontrar estrategias y actividades dirigidas al desarrollo de las competencias matemáticas que podemos aprovechar para la intervención de educandos con DA.

Es importante revisar y comprender muy bien en qué consisten estas actividades y saber a qué aspectos del aprendizaje de las matemáticas están dirigidas  antes de utilizarlas con nuestros estudiantes:

Si conoces otros sitios con interesantes propuestas de actividades para la intervención en la fase de precálculo te invito a compartir el enlace a través de los comentarios de esta publicación, de este modo estarás contribuyendo a la generación de conocimientos de manera colaborativa.


En el próximo post abordaremos los problemas matemáticos relativos a:

2) OPERACIONES ARITMÉTICAS


Referencias


Benko, A. (1983). Módulo III. En Lampe, A. (1983). Atención Individualizada. Caracas: UNA. 

Cano, A., y Ramos, S. (1982). Módulo IV. La metodología de la enseñanza de la matemática  elemental. En: Programación psicopedagógica. Tomo II. Caracas: UNA.

Coronado, A. (2012). Diagnóstico y evaluación criterial de las dificultades de aprendizaje en el cálculo. En: I Congreso Internacional sobre Innovación Pedagógica y praxis educativa. INNOVAGOGIA2012. Libro de actas.

Molla, A. (2004). La matemática de los niños y niñas. Contribuyendo a la Equidad. En: Sapiens. Revista universitaria de investigación. Nº 2, Año 5. (pp. 23-36).

Santiuste, V., y González, J. (2005). Dificultades de aprendizaje e intervención psicopedagógica. Madrid: CCS.

¿Cómo citar esta publicación?

Corredor, Z. (junio de 2019). Atención de las dificultades no específicas para el aprendizaje de las matemáticas. [Publicación en blog]. Recuperado de https://difuna.blogspot.com/2019/06/atencion-de-las-dificultades-no.html



miércoles, 20 de marzo de 2019

Una visión inclusiva de las Dificultades de Aprendizaje (DA)

Ante todo quisiera saludar a todos quienes siguen y leen mis publicaciones en este espacio, pues son ustedes la razón de ser de este sitio. Quiero comentarles que espero poder dedicarme un poco más a este durante el año 2019; mi meta es escribir un post cada dos meses, para un total de seis publicaciones este año. Ya voy retrasada, por lo que trabajaré fuertemente para ponerme al día y lograr mi propósito.


Esta primera publicación del año tiene como finalidad, compartir con ustedes algunas conclusiones a las que llegué, luego de escribir uno de los capítulos de la obra digital "Educación Inclusiva", la cual tuve el placer de coordinar el año pasado, y que es una edición del Vicerrectorado Académico de la Universidad Nacional Abierta, cuya lectura recomiendo ampliamente, a todos los interesados en el tema de la inclusión.

Me gustaría dar inicio a este breve escrito compartiendo esta idea de Hudson (2017):

“A veces es más útil pensar que los alumnos presentan diferencias de aprendizaje,
 en vez de que sufren dificultades o discapacidades, 
ya que ellos también tienen puntos fuertes y un gran talento” (P. 23). 



Para la escritura del capítulo al que hiciera referencia en los párrafos iniciales, realicé una importante indagación en el ámbito de las DA, que me permitió plasmar algunas consideraciones, para la comprensión de las DA hoy, desde una perspectiva inclusiva:

1. Preexistencia de dos perspectivas de las DA.
Una primera consideración de gran interés y de importantes implicaciones en la evaluación, diagnóstico e intervención de los estudiantes con DA, es que, conviven dos visiones de las DA. La primera, es la norteamericana, acuñada por Kirk en el año 1963 y que consiste en la comprensión de las DA como consecuencia de factores internos al individuo. Desde esta perspectiva, a las DA se les denomina como "Dificultades específicas de aprendizaje". Desde esta visión no caben las consideraciones de tipo emocional, ni ambiental como causas de las mismas. La disfunción cerebral, aunque sea mínima es la principal explicación etiológica.
La segunda perspectiva por su parte, se encuentra más cercana al concepto de "Necesidades Educativas Especiales", es decir, el énfasis está puesto en las manifestaciones o dificultades que se evidencian durante los procesos de enseñanza y aprendizaje y en las acciones, recursos y apoyos que debe proveer la institución educativa, más que en la determinación de la etiología orgánica. Desde este enfoque "todos", en cualquier momento pueden presentar dificultades y por tanto deben recibir ayudas oportunas (Badia, 2013; García, 2014).
Evidentemente, el segundo enfoque es más inclusivo, porque garantiza que la institución educativa esté preparada para proveer las ayudas requeridas por todos, en cualquier momento de su escolaridad. Este aspecto es de suma importancia, sobre todo si se considera que la prevalencia de las DA específicas es baja, 2% al 4 % según estudios realizados en norteamerica y España (Santiuste y González, 2005; García, 2014). Lamentablemente, en Venezuela no se manejan cifras al respecto, pero en la práctica se evidencia que la realidad no es muy diferente.
Al respecto es importante destacar que en el caso venezolano, ya desde el año 1989, luego en 1997 y más recientemente en el año 2017, en la Conceptualización y Política de la Educación Especial, se alude a la visión integral del ser humano y se menciona que los factores ambientales, culturales, sociales, familiares y educativos, pudieran intervenir en la aparición de DA. Pudiera inferirse que en Venezuela, desde hace tres décadas se entienden las DA desde una perspectiva amplia. No obstante, como plantean Cabello y Fuguet (2011), aunque se dio un proceso relativamente coherente en la concepción de las DA en el país, no necesariamente se contó con un adecuado sistema de implementación que permitiera que las unidades operativas de DA pudieran llevar a la práctica lo establecido nominalmente en los documentos de la Dirección de Educación Especial (DEE); a mi juicio, aún no se ha logrado a pesar de la nueva conceptualización del año 2017.

2. Solapamiento de procesos de exclusión en casos de estudiantes con DA.
Este punto es a mi modo de ver crítico, ya que constituye una práctica común en las instituciones educativas, que tal vez pasa desapercibida, consiste en el hecho de que encontramos a un importante número de estudiantes en las aulas, que no aprovechan o no se benefician de los aprendizajes escolares, en igualdad de oportunidades al resto de la población escolar.
Una educación verdaderamente inclusiva va más allá de garantizar un pupitre en una escuela, es necesario que se preste a todo el estudiantado los apoyos que requieren para avanzar con éxito en su escolaridad, lo contrario, no es más que un proceso segregador, seleccionador de los más "inteligentes" o más aptos, en detrimento de aquellos que presentan dificultades, bajo rendimiento o problemas escolares.
En consecuencia, los estudiantes con DA pueden permanecer dentro del sistema educativo formal, sin apropiarse de los aprendizajes que cada nivel exige, debido a sus dificultades en las áreas instrumentales de lectura, escritura y matemáticas, y  a sus pobres habilidades sociales. De hecho, los estudiantes con DA específicas o no, pueden desarrollar problemas de autoimagen, autoconcepto y para relacionarse con sus pares; debido a los múltiples fracasos escolares que experimentan y que en no pocas ocasiones pudieran profundizarse debido a la falta de apoyos y a algunas prácticas comunes en las instituciones educativas como son: establecimiento rígido de los objetivos, homogeneidad en la planificación e implementación de la enseñanza, así como de las estrategias de evaluación; predilección por un solo tipo de inteligencia: memorística, escasez de recursos y materiales, enseñanza dirigida al grupo sin tomar en cuenta las diferencias individuales y los estilos y ritmos de aprendizaje (Martín, 2007).
Pudiéramos resumir todas estas características de la escuela en una palabra "homogeneidad", es decir, se concibe a los estudiantes como un grupo homogéneo y se desarrollan los procesos de enseñanza y aprendizaje sobre la base de este supuesto. En la práctica esto conlleva implicaciones negativa, segregadoras, específicamente para los estudiantes que se apartan de la norma, entre los cuales se encuentran los estudiantes con DA. Una verdadera educación inclusiva concibe al aula de clase como un ecosistema diverso, donde coexisten diversidad de estilos y ritmos de aprendizaje, habilidades, destrezas, intereses, pero además, también intervienen diferencias que pudieran obstaculizar el aprendizaje. La única norma es la diversidad.

3. Trabajo en equipos interdisciplinarios y transdisciplinarios.
Cuando se comprende que las DA se manifiestan de formas muy diversas y que no existen dos estudiantes con DA "iguales", y que los factores que inciden en su aparición son variados, es necesario abordarlos a través del trabajo en equipo para garantizar el éxito en la atención. En Venezuela, los documentos de conceptualización y política de la Educación Especial, de manera explícita aluden al trabajo en equipo, sin embargo, en no todas las instituciones se cuenta con los diferentes especialistas y lamentablemente el trabajo cercano con el docente de aula regular no se realiza de manera eficiente. Este último aspecto es de gran importancia, porque nada logramos con la atención individualizada de los estudiantes con DA en el aula integrada, la Unidad Psicoeducativa o el CENDA, si este trabajo, esta planificación se realiza de manera inconexa de las acciones del docente de aula regular y la familia. Este trabajo en equipo requiere:
a) Identificar los aspectos positivos (fortalezas) y posibilidades de los estudiantes y no solo sus necesidades (Hudson, 2017).
b) Programar la intervención de los estudiantes con DA en colaboración con el docente de aula regular.
c) Mantener una actitud favorable de colaboración y comprensión mutua entre docente regular y docente especialista, acerca de los apoyos que se brindarán al estudiante o estudiantes con DA. Es importante que el docente regular se sienta realmente apoyado.
d) Diseñar junto al docente de aula regular estrategias y adecuaciones curriculares para ayudar al alumno a superar sus dificultades.

En este sentido en el documento de Conceptualización y Política de la Educación Especial (2017) se plantea:
1. Garantizar los recursos educativos (métodos, procedimientos, medios, evaluación) requeridos por los educandos con NEE para cumplir con las exigencias del grado en el que se encuentra.
2. Posibilitar las necesarias adaptaciones de acceso al currículo.
3. Valorar las potencialidades de los educandos por encima de las limitaciones.
4. Crear ambientes en los que se estimulen los diferentes canales sensoriales y se valoren y respeten los estilos de aprendizaje.
5. Valorar la participación de la familia y la comunidad (MPPE., 2017).

En conclusión, es urgente asumir una visión inclusiva de las DA que permita garantizar la puesta en marcha de las acciones necesarias que eliminen todas las formas de exclusión presentes en las aulas, aún cuando nuestros estudiantes con DA tengan un cupo y un pupitre. Es hora de dar el salto cualitativo y pasar de la mera declaración de intenciones a los hechos.

Referencias
Badia, A. (2013). Las Dificultades de Aprendizaje de los contenidos curriculares. En Badia, A, (Coord.). Dificultades de Aprendizaje de los contenidos curriculares.  Barcelona: UOC.

Cabello, M., Fuguet, L. (2011). El campo de las Dificultades de Aprendizaje: Reconstruyendo su historia, delimitando su territorio. En:  Medio Siglo de historia educativa 1951 – 2001. (pp. 353-377).

García, N. (2014). Manual de Dificultades de Aprendizaje. Lenguaje, Lecto-escritura y Matemáticas. (3ra Ed). Madrid: Narcea.

Hudson, D. (2017). Dificultades Específicas de Aprendizaje y otros trastornos. Guía básica para docentes. Madrid: Narcea. Trad. Zara Alcina Zayas.

Martín, Q. (2007). Organización y dirección de centros educativos innovadores. Madrid: McGrawHill.

Mercer, C. (1991). Dificultades de aprendizaje, origen y diagnóstico. Tomo 1. Barcelona: CEAC.

Ministerio de Educación. (1989). Conceptualización y política del Área de Dificultades de Aprendizaje. Caracas.

Ministerio de Educación. (1997). Conceptualización y política del Área de Dificultades de Aprendizaje. Caracas.

Ministerio del Poder Popular para la Educación. (2017). Conceptualización y Política de Educación Especial para la atención educativa integral de la población con necesidades educativas especiales y/o con discapacidad. Caracas. Dirección de Educación Especial.

Santiuste, V., y González, J. (2005). Dificultades de Aprendizaje e intervención psicopedagógica. Madrid: CCS.

Si te interesa algo de lo aquí leído puedes compartirlo, sin embargo, no olvides citar la fuente:

Corredor, Z. [20-03-18]. Una visión inclusiva de las Dificultades de Aprendizaje. [Publicación de blog] Url